jueves, 9 de agosto de 2012

El Camino del Guerrero

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Película El Camino del Guerrero

Esta excelente película es una historia de la vida real y muestra como superando el ego y poniendo el corazón y la consciencia plena, se alcanza mucho más de lo que estábamos buscando inicialmente cuando el ego era el encargado de guiar nuestras vidas. Presenta una hermosa visión sobre lo que es la vida y el abandono de los apegos y de la necesidad de reconocimiento personal para poder sobresalir.

La felicidad es construir el camino día a día, es lo mejor que en mi concepto expresa esta película que debes ver con total atención a cada frase, cada acción y cada escena para que no pierdas detalle.

En amor y Servicio.

Trabajadores de La Luz

viernes, 3 de agosto de 2012


Asumir tu función con amor

Fidel era un humilde campesino de un pueblo, que desempeñaba con mucho amor su rol de campanero del pueblo. Todas las mañanas madrugaba a tocar las campanas, y así lo hacía al medio día y en las noches, o cuando era necesario enviar un  mensaje en la plaza pública de parte del Alcalde a todo el pueblo. Fidel amaba su labor y vivía sonriente y alegre porque siempre mencionaba que le gustaba servir, que se sentía útil desempeñando esa labor de campanero, que aunque sencilla y humilde, le hacía tener muchas satisfacciones a nivel personal.

Su sonrisa era siempre amable y alegre y no hay nada más peligroso que estar alegre y sonriente, porque se despierta la envidia y odio de los demás. Si eres Presidente de una compañía y permaneces estresado, la gente dirá: es lógico, es un cargo de mucha responsabilidad y lo estresa, no quisiera estar en sus zapatos. Pero si eres Presidente de una compañía y vives feliz y alegre, la gente dirá: es lógico, es el presidente y gana mucho dinero, si yo tuviera ese cargo sería igual de feliz. 

En conclusión, el problema es ser feliz, porque se despierta un sentimiento de envidia en los demás que te dirán: porqué ríes tanto? No ves que no me permites concentrarme? Me distraes con tu ruido de la risa, cuando realmente quieren decir: no te rías así, porque yo no lo puedo hacer y me produce rabia. Prueba esto: ríete a carcajadas al lado de una persona que no puede hacerlo y verás como su odio y envida sale a flote porque no puede resistir tu felicidad, lo “normal” es que estés triste, y estar alegre es a veces una ofensa para los que nos rodean.

Algo similar le pasaba a Fidel, era feliz aunque como campanero solo ganaba lo justo para comprar sus utensilios personales y en la alcaldía le daban el desayuno, el almuerzo y la comida, además de un sitio donde dormir. Lo tenía todo porque él como campesino era muy básico, no necesitaba nada más pero había un problema: era feliz. Eso despertó la envidia de algunos habitantes del pueblo que decían: claro, quien no va a ser feliz en ese cargo si tiene la comida y la dormida asegurada, igual estaría yo si esa fuera mi situación.

Entonces decidieron acercarse al Alcalde y convocaron un Consejo para pedirle que ofreciera el cargo de Campanero del Pueblo en un concurso abierto para que todos pudieran aspirar a esa función. El objetivo final era quitarle el cargo a Fidel porque era muy feliz y eso molestaba.

De esa forma se convocó un Consejo, se ofreció el cargo de Campanero del pueblo y todos votaron por una nueva persona con el objetivo de destituir a Fidel. Fidel muy triste y afectado sabía que se había quedado sin trabajo y no sabía que camino tomar, ni que nueva función desempeñar. Empezó a deambular por el pueblo sin saber que hacer y decidió en una de sus ollas, calentar tinto y ofrecer a las personas que muy temprano en la mañana llegaban a la plaza. Extrañaba mucho su trabajo de Campanero pero era necesario vivir, así que dentro de la tristeza empezó a vender tinto que fue lo único que se le ocurrió y decidió asumir con amor esta nueva función que la vida le ponía como reto en su camino. 

Fidel quería seguir siendo Campanero pero ya no era posible, y debía asumir esta nueva función que aparecía en su camino, y Fidel pensaba: si aprendo a amar esta nueva función las cosas mejorarán.

Con el tiempo la gente reconoció su tinto y la calidez con que lo servía y se fue haciendo famoso. Se dio cuenta que a veces la gente también necesitaba algunas cosas básicas como jabón, crema dental, lápices y empezó a vender estos utensilios en el marco de la plaza y de acuerdo con lo que le iban solicitando. Gracias a su dedicación, una persona acomodada del pueblo le dijo: tengo este local vacío en el marco de la plaza y nadie lo usa, tómalo para que no estés a la lluvia y al sol mientras lo puedo arrendar o vender. 

Fidel aceptó esta generosidad porque allí podía vender su tinto, sus pocos productos, y además podía dormir y vivir en ese espacio. Pasó el tiempo y el negoció prosperó y ya Fidel debía viajar todos los días a un pueblo cercano mucho más grande para traer mercancía que le pedían sus clientes. Así empezó a prosperar y con disciplina su negocio creció hasta que un día pudo pagar un arriendo al dueño del local.

El negocio crecía por la capacidad de servicio y el amor que le ponía Fidel. Pasados dos años, Fidel compró el local donde tenía su negocio con unos plazos muy cómodos de pago y amplió su oferta de servicios. Cada día trabajaba más, trayendo mercancía y ahora tenía ayudantes que le colaboraban aunque siempre miraba con nostalgia su hermoso campanario y no podía evitar que se le escurriera una lágrima cuando escuchaba las campanas repicar.

Pasado un tiempo Fidel fue tan próspero que compró toda la manzana y se amplió hacia un inmenso almacén de cadena en el pueblo, el primero de la región. Se casó con una hermosa mujer que le colaboraba en su trabajo, tuvo dos hermosos hijos y era definitivamente muy feliz y próspero. La gente del pueblo lo amaba y lo estimaba por su inmensa capacidad de servicio y siempre acudía a su negocio a comprar lo necesario. En este tiempo ya venían de otros pueblos a comprar en el almacén de Fidel que finalmente abrió sucursales en otros pueblos hasta llegar a la ciudad capital del país con mucho éxito.

Ante su vertiginoso crecimiento, se volvió un personaje muy popular y la televisión decidió hacerle una entrevista y el accedió a contar su historia. Le preguntaron: Don Fidel, porque ahora era Don, porque tenía dinero, nos preguntamos: si usted construyó este imperio siendo un humilde campesino sin conocimientos de nada, no nos imaginamos hasta donde hubiese llegado si le hubieran dado en ese tiempo toda la ayuda y el apoyo necesario? Habría hecho algo mucho más grande, no es cierto?

Fidel cerró los ojos y con una sonrisa en su alma exclamó: si en ese momento me hubieran ayudado y me hubieran facilitado las cosas, hoy en día seguiría siendo el Campanero del Pueblo.

Expresando esto sonrió y se retiro diciendo: no más preguntas, es suficiente por hoy.

En amor y servicio,

Trabajadores de la Luz