Dos días de Luz en SAMADHI
Iniciamos el camino desde Bogotá hasta Villa de Leyva
con dos objetivos básicos que nos habíamos trazado como grupo: conocer y vivir
la ceremonia del Agnihotra y aprender las posiciones básicas del Chi Kung. Esta
situación era también una excusa para poder volver a reunirnos como grupo de
almas que están llevando a cabo un trabajo de crecimiento espiritual.
La invitación se hizo extensiva a varias personas pero
como siempre pasa en estos casos, el Universo confabula de forma amorosa para
que solo las personas que están preparadas para recibir el aprendizaje puedan
asistir. Salimos el sábado hacia el medio día y tomamos rumbo a Villa de Leyva
sin saber que era época del festival de luces, situación que nos llevaba a
encontrarnos con un ambiente diferente a la tranquilidad anhelada que se busca
en un retiro a estos hermosos pueblos del Departamento de Boyacá.
Al llegar a este especial lugar nos damos cuenta que
nuestro plan espiritual es diferente al de la mayoría de las personas que están
presentes en este lugar. Extrañamos el pueblo tranquilo que esperábamos
encontrar y al contrario, el ambiente está cargado de una densidad especial
producto del bullicio de la gente y de su objetivo de rumba, tomar trago y “disfrutar
con los amigos”. No hay hoteles disponibles y decidimos encaminarnos hacia la
casa de mi amiga Myriam, quien muy amablemente decidió acogernos para darnos
sus enseñanzas. El hotel lo buscaríamos en horas de la noche confiando en
nuestro Padre Celestial.
Avanzamos en los carros entre la gente ya borracha, algunos
dormidos en las calles, otros a caballo y maltratando estos hermosos animales,
buscando demostrar sus dotes de jinete bajo el precepto de que el que más haga
correr al caballo es el mejor jinete. Los borrachos pasan como locos sobre los
caballos, las cuatrimotos rugen bajo el mando de conductores irresponsables a
los cuales el licor apenas les permite sostenerse en estas máquinas que han
alquilado para “conocer” la ciudad. Definitivamente nos encontramos en la
tercera dimensión con algunos ejemplos representativos de 2D a nuestro
alrededor. A pesar de todo, estos eventos no logran quitar de este hermoso
pueblo de Villa de Leyva su carga energética porque de acuerdo con mi amiga
Myriam, está construido sobre una plataforma de cuarzo, aspecto que comprobó al
construir su casa, razón por la cual se percibe una energía sanadora en todo el
lugar, que invita a aquellas personas que han decidido enfocar sus vidas hacia
el crecimiento espiritual para venir aquí a vivir y disfrutar de este hermoso
ambiente. En la antiguedad era también un gran mar que conserva algunas de las
piedras y fósiles de la época. En tiempos de no bullicio la ciudad es remanso
de paz y de conección con altas jerarquías espirituales. Sus habitantes conocen
este aspecto de la ciudad en épocas de fiestas y prefieren permanecer en la tranquilidad
de sus hogares y permitir que el jolgorio de la 3D se tome por unos días este
hermoso rincón de Colombia.
Nos dirigimos a casa de Myriam para participar de la
ceremonia del último rayo del sol o Agnihotra, tomamos el camino destapado al
frente del cementerio y empezamos a entrar en la montaña. Poco a poco nos
alejamos del bullicio y la tranquilidad empieza nuevamente a tomar el control
de esta travesía. Llegamos a dos columnas helicoidales, altas, hermosas, que
permiten tener un vislumbre de la majestuosidad de este hermoso lugar que se
llama SAMADHI y que está construido bajo los parámetros que establece la Geometría
Sagrada para lugares especiales de crecimiento y desarrollo del ser humano, que
se ha perdido con el tiempo en razón a dar paso a lujos innecesarios y dañinos
para el ser humano en las construcciones modernas que hoy en día son el común
denominador en el mundo.
El espacio es mágico, los jardines te dan la
bienvenida en silencio pero con los brazos abiertos e invitándote a conectarte
de forma inmediata en este mágico lugar. Entramos y veo el rostro de mi amiga y
recuerdo la primera vez que la vi. Fue hace tres semanas en un Seminario de
Sanación en Villa de Leyva donde participé como Facilitador y donde pude
comprobar de forma concreta y con hechos claros después de 46 años de vida, que
Dios definitivamente existe y que después de experimentar su energía
maravillosa el mundo no es el mismo. Allí en este Seminario estaba Myriam con
sus ojos profundos observando a cada persona, examinando su interior para
disponerse a abrir su corazón totalmente o paso a paso de acuerdo con el nivel
de vibración de la persona que tiene al frente. Su mirada profunda muestra un
camino de guerrera que ha recorrido y que ha conquistado de forma personal e
individual, su mirada muestra una reconciliación total con su espíritu, aspecto
que transmite de forma silenciosa a aquel que pasa por su lado. Ese día en el
Seminario la vi y supe que después de mucho tiempo la había vuelto a encontrar.
Pocas palabras intercambié con ella pero al nivel de su vibración las palabras
sobran y de pronto rompen el esquema de permitirte sentir la hermosa energía
que emana de su estructura.
Al final de ese Seminario que compartimos juntos como
Facilitadores, le pedí el favor de permitirme asistir a su casa con mi esposa y
mis hijos, además de algunos grandes amigos que conseguí cuando decidí
enfocarme en mi camino espiritual, los grandes y verdaderos amigos, los de
corazón, los que se conectan con algo más profundo que compartir una fiesta,
una reunión, una actividad cultural, los que se encuentran solo cuando estás
conectado con el Padre Celestial. Myriam sonrió y con esa sonrisa no necesité
escuchar su voz porque su corazón había hablado.
Es así como ahora estamos al frente de su casa y la
veo nuevamente, dispuesta de corazón a recibirnos, con actitud amorosa y
abierta, con un abrazo desde sus profundos ojos que muestran la victoria
lograda en el camino de muchas vidas. Pasamos a su casa que tiene vida propia,
construida sobre dos espirales Fibonacci mantiene una energía especial que te
recibe de forma amorosa si vienes dispuesto, pero que puede rechazarte de forma
inmediata si tus intenciones son diferentes al amor y al aprender para tu
crecimiento. Por esta razón Myriam no necesita celadores, porque su gran Angel
de seis metros la cuida y la protege. Su casa no tiene en ningún lado un ángulo
recto para evitar los rompimientos del flujo de la energía, en su centro se
siente de forma inmediata la vibración de su casa, la vibración del sitio como
lo menciona Carlos Castañeda en su libro de las Enseñanzas de Don Juan. El
sitio es tu lugar en el mundo donde te recargas, donde te sientes a salvo,
donde tu energía se equilibra. Muchos viven en grandes casas que no son su
sitio y esto los hace sentirse inconformes a pesar de vivir rodeados de lujos y
excentricidades. Es una bendición que tu casa sea además tu sitio porque
conectas con su energía y con tu energía para tu crecimiento. El sitio nos
elige, nosotros no lo elegimos, pero encontrarlo es un regalo de la vida.
Esta hermosa casa es definitivamente el sitio de Myriam,
se siente por todos lados y está viva. La belleza de una casa no está en su
aspecto a los ojos del ser humano sino en su sentir ante el espíritu que se
para frente a ella, y si ella lo considera noble le abre sus puertas y lo acoge
en su interior. La casa de Myriam además de ser hermosa a nivel espiritual es
hermosa también para el ojo del ciudadano común que solo la ve desde su
apariencia, arquitectura, acabados y todo lo que la 3D nos ha impuesto como
modelo de casa hermosa. Esta casa lo tiene todo pero ante todo está viva, te
conoce, sabe quién eres y qué vienes a hacer y bajo esos parámetros te recibe.
Su dueña está alineada con la casa que es una extensión de ella misma y en este
espacio maravilloso comienza la aventura.
Myriam nos muestra su sitio, disfrutamos su energía y
empieza la ceremonia del último rayo del Sol, la terapia HOMA, el Agnihotra,
fuente de energía para sanación a todo nivel y de las más complicadas enfermedades
que la medicina alopática no ha podido solucionar. La información está
disponible solo para el que está preparado y si estás leyendo esto, seguramente
también es para ti, si la recibes con corazón abierto.
Inicia la ceremonia, se siente la energía de los seres
de luz que nos acompañan, veo a mis hijos y a mi esposa Meditando por primera
vez, qué hermoso regalo. Cristóbal cierra sus ojos y se concentra, Nico siente
la espiral de energía que sube por su espalda, mi Osita siente el mantra OM
SHRI cuando es pronunciado por sus hijos en esta conexión hermosa. Jorge está
con su TATA, Carlos con sus dos hijos en una conexión silenciosa pero muy
especial y profunda, Jairito Lemus, Jairo el “malo” como le digo cariñosamente
a este gran amigo, disfruta con Liliana y con sus dos hijas Sofi y Lola de este
evento especial. Termina la ceremonia y Myriam nos invita a tomar las cartas de
los Cuatro Acuerdos de Miguel Ruiz, y nos damos cuenta que el Universo en su
sabiduría profunda sabe que frase era la que necesitábamos cada uno.
Termina la ceremonia y nos retiramos a buscar hotel.
Myriam me ha dicho que Aluna, un hotel Holístico donde solo se sirve comida
vegetariana y no hay televisores, está cerrado porque sus dueños están de
viaje. Aún así, una voz me dice que me acerqué al sitio y encuentro a Lucas que
de forma amorosa me reconoce y me ubica un espacio para las doce personas que
estábamos en ese momento porque Jorge, TATA, Carlos y sus hijos regresan a
Tunja. Quedamos así ubicados tal vez en el mejor sitio para el trabajo que
estábamos haciendo. Llega mi amiga Dianita con su hermana Lina, a quien
reconozco mejor por Merlina porque algo tiene de maga, su sobrino Nico
queriendo conocer este camino gracias a Diana pero todavía con sus costumbres
tradicionales profundamente arraigadas, Magda, amiga de Lina y ser humano
excepcional iniciando una nueva etapa. Es así como logramos algo casi imposible
y era conseguir hotel en esta fecha específica de Villa de Leyva.
Lina y Magda se pierden la ceremonia del Agnihotra y
se me ocurre llamar a Myriam para saber si es posible regresar al siguiente día
a las 5:30 a.m, a lo que ella accede amorosamente y de mi parte siento que era
necesario que Lina, Diana y Magda pudieran vivir esa experiencia gracias a la
amorosa disposición de Myriam. Volvemos a madrugar casi todos a repetir la
ceremonia porque ante esa conexión el sueño no es impedimento para volver a
tener la experiencia.
Es así como al otro día regresamos a la Ceremonia en
la mañana, regresamos al hotel y volvemos a la clase de Chi Kung, objetivo
final de esta pequeña travesía espiritual. Myriam nos recibe y durante hora dos
horas disfrutamos de esta conexión especial del Chi Kung donde se muestra que con
movimientos suaves y definidos se logra hacer tanto o más ejercicio que en mis largas
excursiones anteriores de largos años al Bodytech haciendo pesas, aeróbicos y
demás ejercicios para mantener mi cuerpo. Hoy la vida me muestra un mejor
camino y que conectado con el espíritu, le permite al cuerpo ejercitarse de la
mejor forma. Disfrutamos a conciencia cada posición del Chi Kung que nos enseña
Myriamcita con profundo amor, nos transportamos en el tiempo a otras
dimensiones mientras hacemos ejercicio.
Termina la sesión y nos encaminamos a Bogotá
nuevamente, a seguir con nuestras vidas pero con unas herramientas adicionales
para aplicar en el diario vivir. Pasamos la puerta y los ojos de Myriam nos
despiden de forma amorosa diciendo en silencio: los espero de regreso. Doy
gracias a Dios por esta amiga que la vida me permitió encontrar y sonrió de
forma silenciosa dándoles gracias al Padre por este maravilloso regalo.
Termina la aventura y salimos totalmente felices. No
hubo trago, no hubo música, no hubo televisión, pero nuestros rostros harán
parecer ante los seres humanos de este mundo que regresamos de una gran fiesta,
de mucho trasnocho y total disfrute, y efectivamente si hubo disfrute pleno
pero desde el corazón y gracias a la amorosa acogida de Myriam y su hermoso sitio
SAMADHI. Es hora de regresar a casa después de dos días de Luz y amorosa unión
entre todos desde el centro de cada corazón. Gracias Myriamcita y Gracias
SAMADHI.
En amor y
servicio,
Trabajadores
de la Luz.