martes, 11 de diciembre de 2012

Dos Días de Luz en SAMADHI


Dos días de Luz en SAMADHI



Iniciamos el camino desde Bogotá hasta Villa de Leyva con dos objetivos básicos que nos habíamos trazado como grupo: conocer y vivir la ceremonia del Agnihotra y aprender las posiciones básicas del Chi Kung. Esta situación era también una excusa para poder volver a reunirnos como grupo de almas que están llevando a cabo un trabajo de crecimiento espiritual.

La invitación se hizo extensiva a varias personas pero como siempre pasa en estos casos, el Universo confabula de forma amorosa para que solo las personas que están preparadas para recibir el aprendizaje puedan asistir. Salimos el sábado hacia el medio día y tomamos rumbo a Villa de Leyva sin saber que era época del festival de luces, situación que nos llevaba a encontrarnos con un ambiente diferente a la tranquilidad anhelada que se busca en un retiro a estos hermosos pueblos del Departamento de Boyacá.

Al llegar a este especial lugar nos damos cuenta que nuestro plan espiritual es diferente al de la mayoría de las personas que están presentes en este lugar. Extrañamos el pueblo tranquilo que esperábamos encontrar y al contrario, el ambiente está cargado de una densidad especial producto del bullicio de la gente y de su objetivo de rumba, tomar trago y “disfrutar con los amigos”. No hay hoteles disponibles y decidimos encaminarnos hacia la casa de mi amiga Myriam, quien muy amablemente decidió acogernos para darnos sus enseñanzas. El hotel lo buscaríamos en horas de la noche confiando en nuestro Padre Celestial.
 
 

Avanzamos en los carros entre la gente ya borracha, algunos dormidos en las calles, otros a caballo y maltratando estos hermosos animales, buscando demostrar sus dotes de jinete bajo el precepto de que el que más haga correr al caballo es el mejor jinete. Los borrachos pasan como locos sobre los caballos, las cuatrimotos rugen bajo el mando de conductores irresponsables a los cuales el licor apenas les permite sostenerse en estas máquinas que han alquilado para “conocer” la ciudad. Definitivamente nos encontramos en la tercera dimensión con algunos ejemplos representativos de 2D a nuestro alrededor. A pesar de todo, estos eventos no logran quitar de este hermoso pueblo de Villa de Leyva su carga energética porque de acuerdo con mi amiga Myriam, está construido sobre una plataforma de cuarzo, aspecto que comprobó al construir su casa, razón por la cual se percibe una energía sanadora en todo el lugar, que invita a aquellas personas que han decidido enfocar sus vidas hacia el crecimiento espiritual para venir aquí a vivir y disfrutar de este hermoso ambiente. En la antiguedad era también un gran mar que conserva algunas de las piedras y fósiles de la época. En tiempos de no bullicio la ciudad es remanso de paz y de conección con altas jerarquías espirituales. Sus habitantes conocen este aspecto de la ciudad en épocas de fiestas y prefieren permanecer en la tranquilidad de sus hogares y permitir que el jolgorio de la 3D se tome por unos días este hermoso rincón de Colombia.

Nos dirigimos a casa de Myriam para participar de la ceremonia del último rayo del sol o Agnihotra, tomamos el camino destapado al frente del cementerio y empezamos a entrar en la montaña. Poco a poco nos alejamos del bullicio y la tranquilidad empieza nuevamente a tomar el control de esta travesía. Llegamos a dos columnas helicoidales, altas, hermosas, que permiten tener un vislumbre de la majestuosidad de este hermoso lugar que se llama SAMADHI y que está construido bajo los parámetros que establece la Geometría Sagrada para lugares especiales de crecimiento y desarrollo del ser humano, que se ha perdido con el tiempo en razón a dar paso a lujos innecesarios y dañinos para el ser humano en las construcciones modernas que hoy en día son el común denominador en el mundo.
 
 

El espacio es mágico, los jardines te dan la bienvenida en silencio pero con los brazos abiertos e invitándote a conectarte de forma inmediata en este mágico lugar. Entramos y veo el rostro de mi amiga y recuerdo la primera vez que la vi. Fue hace tres semanas en un Seminario de Sanación en Villa de Leyva donde participé como Facilitador y donde pude comprobar de forma concreta y con hechos claros después de 46 años de vida, que Dios definitivamente existe y que después de experimentar su energía maravillosa el mundo no es el mismo. Allí en este Seminario estaba Myriam con sus ojos profundos observando a cada persona, examinando su interior para disponerse a abrir su corazón totalmente o paso a paso de acuerdo con el nivel de vibración de la persona que tiene al frente. Su mirada profunda muestra un camino de guerrera que ha recorrido y que ha conquistado de forma personal e individual, su mirada muestra una reconciliación total con su espíritu, aspecto que transmite de forma silenciosa a aquel que pasa por su lado. Ese día en el Seminario la vi y supe que después de mucho tiempo la había vuelto a encontrar. Pocas palabras intercambié con ella pero al nivel de su vibración las palabras sobran y de pronto rompen el esquema de permitirte sentir la hermosa energía que emana de su estructura.

Al final de ese Seminario que compartimos juntos como Facilitadores, le pedí el favor de permitirme asistir a su casa con mi esposa y mis hijos, además de algunos grandes amigos que conseguí cuando decidí enfocarme en mi camino espiritual, los grandes y verdaderos amigos, los de corazón, los que se conectan con algo más profundo que compartir una fiesta, una reunión, una actividad cultural, los que se encuentran solo cuando estás conectado con el Padre Celestial. Myriam sonrió y con esa sonrisa no necesité escuchar su voz porque su corazón había hablado.

Es así como ahora estamos al frente de su casa y la veo nuevamente, dispuesta de corazón a recibirnos, con actitud amorosa y abierta, con un abrazo desde sus profundos ojos que muestran la victoria lograda en el camino de muchas vidas. Pasamos a su casa que tiene vida propia, construida sobre dos espirales Fibonacci mantiene una energía especial que te recibe de forma amorosa si vienes dispuesto, pero que puede rechazarte de forma inmediata si tus intenciones son diferentes al amor y al aprender para tu crecimiento. Por esta razón Myriam no necesita celadores, porque su gran Angel de seis metros la cuida y la protege. Su casa no tiene en ningún lado un ángulo recto para evitar los rompimientos del flujo de la energía, en su centro se siente de forma inmediata la vibración de su casa, la vibración del sitio como lo menciona Carlos Castañeda en su libro de las Enseñanzas de Don Juan. El sitio es tu lugar en el mundo donde te recargas, donde te sientes a salvo, donde tu energía se equilibra. Muchos viven en grandes casas que no son su sitio y esto los hace sentirse inconformes a pesar de vivir rodeados de lujos y excentricidades. Es una bendición que tu casa sea además tu sitio porque conectas con su energía y con tu energía para tu crecimiento. El sitio nos elige, nosotros no lo elegimos, pero encontrarlo es un regalo de la vida.




Esta hermosa casa es definitivamente el sitio de Myriam, se siente por todos lados y está viva. La belleza de una casa no está en su aspecto a los ojos del ser humano sino en su sentir ante el espíritu que se para frente a ella, y si ella lo considera noble le abre sus puertas y lo acoge en su interior. La casa de Myriam además de ser hermosa a nivel espiritual es hermosa también para el ojo del ciudadano común que solo la ve desde su apariencia, arquitectura, acabados y todo lo que la 3D nos ha impuesto como modelo de casa hermosa. Esta casa lo tiene todo pero ante todo está viva, te conoce, sabe quién eres y qué vienes a hacer y bajo esos parámetros te recibe. Su dueña está alineada con la casa que es una extensión de ella misma y en este espacio maravilloso comienza la aventura.

Myriam nos muestra su sitio, disfrutamos su energía y empieza la ceremonia del último rayo del Sol, la terapia HOMA, el Agnihotra, fuente de energía para sanación a todo nivel y de las más complicadas enfermedades que la medicina alopática no ha podido solucionar. La información está disponible solo para el que está preparado y si estás leyendo esto, seguramente también es para ti, si la recibes con corazón abierto.

Inicia la ceremonia, se siente la energía de los seres de luz que nos acompañan, veo a mis hijos y a mi esposa Meditando por primera vez, qué hermoso regalo. Cristóbal cierra sus ojos y se concentra, Nico siente la espiral de energía que sube por su espalda, mi Osita siente el mantra OM SHRI cuando es pronunciado por sus hijos en esta conexión hermosa. Jorge está con su TATA, Carlos con sus dos hijos en una conexión silenciosa pero muy especial y profunda, Jairito Lemus, Jairo el “malo” como le digo cariñosamente a este gran amigo, disfruta con Liliana y con sus dos hijas Sofi y Lola de este evento especial. Termina la ceremonia y Myriam nos invita a tomar las cartas de los Cuatro Acuerdos de Miguel Ruiz, y nos damos cuenta que el Universo en su sabiduría profunda sabe que frase era la que necesitábamos cada uno.

Termina la ceremonia y nos retiramos a buscar hotel. Myriam me ha dicho que Aluna, un hotel Holístico donde solo se sirve comida vegetariana y no hay televisores, está cerrado porque sus dueños están de viaje. Aún así, una voz me dice que me acerqué al sitio y encuentro a Lucas que de forma amorosa me reconoce y me ubica un espacio para las doce personas que estábamos en ese momento porque Jorge, TATA, Carlos y sus hijos regresan a Tunja. Quedamos así ubicados tal vez en el mejor sitio para el trabajo que estábamos haciendo. Llega mi amiga Dianita con su hermana Lina, a quien reconozco mejor por Merlina porque algo tiene de maga, su sobrino Nico queriendo conocer este camino gracias a Diana pero todavía con sus costumbres tradicionales profundamente arraigadas, Magda, amiga de Lina y ser humano excepcional iniciando una nueva etapa. Es así como logramos algo casi imposible y era conseguir hotel en esta fecha específica de Villa de Leyva.
 

 

Lina y Magda se pierden la ceremonia del Agnihotra y se me ocurre llamar a Myriam para saber si es posible regresar al siguiente día a las 5:30 a.m, a lo que ella accede amorosamente y de mi parte siento que era necesario que Lina, Diana y Magda pudieran vivir esa experiencia gracias a la amorosa disposición de Myriam. Volvemos a madrugar casi todos a repetir la ceremonia porque ante esa conexión el sueño no es impedimento para volver a tener la experiencia.

Es así como al otro día regresamos a la Ceremonia en la mañana, regresamos al hotel y volvemos a la clase de Chi Kung, objetivo final de esta pequeña travesía espiritual. Myriam nos recibe y durante hora dos horas disfrutamos de esta conexión especial del Chi Kung donde se muestra que con movimientos suaves y definidos se logra hacer tanto o más ejercicio que en mis largas excursiones anteriores de largos años al Bodytech haciendo pesas, aeróbicos y demás ejercicios para mantener mi cuerpo. Hoy la vida me muestra un mejor camino y que conectado con el espíritu, le permite al cuerpo ejercitarse de la mejor forma. Disfrutamos a conciencia cada posición del Chi Kung que nos enseña Myriamcita con profundo amor, nos transportamos en el tiempo a otras dimensiones mientras hacemos ejercicio.
 
 

Termina la sesión y nos encaminamos a Bogotá nuevamente, a seguir con nuestras vidas pero con unas herramientas adicionales para aplicar en el diario vivir. Pasamos la puerta y los ojos de Myriam nos despiden de forma amorosa diciendo en silencio: los espero de regreso. Doy gracias a Dios por esta amiga que la vida me permitió encontrar y sonrió de forma silenciosa dándoles gracias al Padre por este maravilloso regalo.

Termina la aventura y salimos totalmente felices. No hubo trago, no hubo música, no hubo televisión, pero nuestros rostros harán parecer ante los seres humanos de este mundo que regresamos de una gran fiesta, de mucho trasnocho y total disfrute, y efectivamente si hubo disfrute pleno pero desde el corazón y gracias a la amorosa acogida de Myriam y su hermoso sitio SAMADHI. Es hora de regresar a casa después de dos días de Luz y amorosa unión entre todos desde el centro de cada corazón. Gracias Myriamcita y Gracias SAMADHI.
 
 


En amor y servicio,


Trabajadores de la Luz.

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