El Murciélago
Cuenta la historia que hace tiempo el Murciélago era una especie que se movía a todas horas del día entre los bosques y entre todos los animales.
Cierto día se formó una discusión en el Bosque entre las aves y entre los ratones. Al ver esta situación el Murciélago tuvo miedo y sintiéndose más inteligente dijo: utilizaré una estrategia que me permita estar alejado de la confrontación, no tomar partido por ningún bando, tenerlos contentos a todos conmigo y seguir disfrutando de todos los placeres tranquilamente.
Empezó a aplicar su estrategia y en el momento que las aves empezaban a renegar de los ratones y a querer acabar con ellos, el murciélago extendía sus alas y decía: no me hagan nada, soy un ave, soy un ave, soy un ave, y las aves lo miraban y ciertamente parecía un ave y decidían no atacarlo.
Cuando estaba entre los ratones, estos explotaban de ira y querían acabar con las aves y miraban al murciélago y éste replegaba sus alas debajo de sí y decía: no me hagan nada, soy un ratón, soy un ratón, soy un ratón, y los ratones lo miraban y ciertamente parecía un ratón y no le hacían nada.
Y así continuó su estrategia durante el tiempo que duró la disputa hasta que cierto día las aves y los ratones hicieron las paces y se dieron cuenta de la actitud falsa que había asumido el murciélago.
Ante esta situación cuenta la historia que el Murciélago fue castigado y condenado a salir solamente en las noches, a vagar a oscuras sin ninguna visión en el bosque, dormir boca abajo y estar alejado de todas las criaturas debido a su falta de criterio y falta de valentía.
Fábula de Esopo.
En Amor y Servicio,
Trabajadores de La Luz.
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