"La mente no para de cambiar de negativo a positivo, de positivo a negativo. Esas dos polaridades son tan básicas para la mente como lo son para la electricidad. Con un polo, la electricidad no puede existir igual que la mente. De hecho, en lo más hondo, la mente es sutil electricidad; es eléctrica. Por eso el ordenador puede realizar su trabajo y a veces mejor que la mente humana. La mente es simplemente un bio-ordenador.
Posee esas dos polaridades y continúa moviéndose. De modo que el problema no es que a veces sintáis momentos mágicos y otras momentos oscuros. La oscuridad de los momentos sombríos será proporcional a la magia de los momentos mágicos. Si alcanzáis un pico más elevado de positivo, entonces llegaréis al más bajo del negativo. Cuanto más elevado sea el alcance del positivo, más baja será la profundidad del negativo. Así que cuanto más alto lleguéis, más profundo será el abismo que tengáis que tocar.
Debéis entender lo siguiente: si tratáis de no tocar los peldaños más bajos, entonces los picos más elevados desaparecerán. Os moveréis en un terreno llano. Eso es lo que muchas personas han logrado hacer; temerosas de las profundidades, se han perdido las cumbres. Uno ha de correr riesgos. Tenéis que pagar por la cumbre, y ese precio es vuestra
profundidad, vuestros momentos bajos. Pero vale la pena. Incluso un momento en la cumbre, el momento mágico, vale una vida entera en las profundidades más oscuras. Si podéis tocar el cielo un momento, podéis estar preparados para vivir el resto de la eternidad en el infierno. Y siempre es proporcionado, a medias, al 50 por 100"
OSHO
Los momentos de felicidad son tan necesarios como los momentos de profunda tristeza porque se aprende en sabiduría por la vivencia del contraste. Entre más grande sea la forma de experimentar tu alegría, asi será de profunda la forma de experimentar tu tristeza y esos extremos son necesarios pero no por eso debes dejar de experimentar alegría.
Aún así, hay personas que prefieren no arriesgar y permanecer en el medio y por miedo a sentir mucha tristeza dejan de experimentar una alegría profunda. Algunos se encierran en sus casas con mucho dinero pero les da miedo salir, viajar, compartir porque temen perder o de pronto morir, o sufrir un accidente o perder sus recursos. Algunos temen mostrar sus sentimientos de manera sincera y permanecen en el medio donde nadie los escucha, nadie los abraza, nadie los apoya, porque han olvidado la forma de recibir.
Te invito a disfrutar en pleno de tus alegrías y a vivir en conciencia total tus momentos de profunda tristeza porque ambos son edificadores. El primero sube el espíritu a las nubes más altas y el segundo te lleva a las profundidades más profundas para que puedas conocer tu verdadera esencia y en eso ya hay ganancia.
No dejes ir los bellos momentos, vívelos a plenitud, vívelos de corazón porque al final del camino como decía mi abuela, "Nadie te podrá quitar lo bailado".
En Amor y Servicio,
Trabajadores de la Luz
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