martes, 29 de mayo de 2012

Miedo a la Muerte


El Miedo a la Muerte

Dentro del desarrollo espiritual este es uno de los principales desafíos que se deben enfrentar y superar para poder avanzar en el camino. La mayoría de los seres humanos expresan en algún momento de su vida que no le tienen miedo a la muerte pero el solo hecho de verbalizar esta situación implica que en el fondo hay un temor oculto porque de lo contrario el hecho nunca se mencionaría.
Nos han enseñado en algunas religiones que después de la muerte hay un premio o un castigo dependiendo de cómo te hayas portado. Con base en el desarrollo de tu vida un juez implacable decide si te vas para el cielo o si te vas para el infierno y te das cuenta que la mayoría de las personas creen merecer el cielo aunque su corazón no esté fundamentado en el amor hacia los demás. Existen personas que entregan cosas, hacen donaciones en etapas de su vida, regalan mercados, regalan dinero, pero en el fondo su corazón está oscuro y tiene una intención diferente, la intención de comprar ese cielo que las religiones han prometido, la intención de que con una “buena obra”  puedan tapar las malas actuaciones, los odios, los temores, pero finalmente el juez más implacable contigo mismo eres tú porque al final de tus días tú mismo serás quien determine el nivel de conciencia en que te encuentras y en el que te recibirá ese hermoso proceso de la muerte.

Así que si vas a dar algo, a hacer una buena obra, es preferible trabajar primero en que tu corazón sea noble y puro antes que dar obras para comprar tu supuesta salvación. A la vida y a la divina presencia no se le puede sobornar en ningún sentido. Así que si quieres hacer una buena obra y tu corazón es oscuro, es preferible que trabajes en limpiar tu corazón que en ir a hacer donaciones y dar regalos con un corazón lleno de miedo, odios, temores, rencores, porque de esa forma ese acto de amor de dar, estará lleno de un sentimiento oscuro que le hace perder su valor. La Biblia lo mencionaba como que antes de arrodillarte ante el padre celestial y pedir perdón por tus pecados, ve y perdona y abraza a tu hermano con el que sientes rencor o resentimiento. Por eso te digo que si en esta navidad vas a dar un regalo que el primero sea limpiar tu corazón y después si puedes acercarte a tu hermano a darle un abrazo, un regalo, una ofrenda pero con tu corazón limpio y sano. El mejor regalo es que tu hermano sienta como tu corazón vibra en amor y honestidad y tu regalo por pequeño que sea, llegará al fondo del alma, pero si tu corazón está oscuro o lleno de sentimientos de baja vibración podrás regalar todo el oro del mundo pero tu hermano sabrá que no existe sinceridad, amor y entrega en esa acción que llevas a cabo.
Limpiar tu corazón tiene ventajas porque al final de tus días que no sabes cuándo serán porque así consultes adivinos, brujas, espíritus, solo el padre celestial conoce el momento exacto en que serás llamado a su presencia, no a rendir cuentas sino más bien a compartir y comentar esa experiencia de vida que has tenido. La limpieza del corazón es muy sencilla y tiene unas reglas básicas que todos podemos seguir para asegurar una estructura energética que vibre en amor, honestidad, paz y amor.

Los pasos sencillos de la vida que te aseguran que cuando llegue tu momento tu nivel de conciencia esté preparado de la mejor forma son los siguientes:

1.    Siempre agradece. Agradece al levantarte porque lo puedes hacer, al abrazar a tu hermano porque tienes alguien para compartir, al ver un nuevo día porque tiene ojos para disfrutarlo, al solucionar un problema porque significa que tienes una dinámica que te permite aprender, agradecer a la madre tierra por permitirte caminar sobre ella, agradecer al padre cielo por cubrirte con tu cielo y con tus estrellas, agradece a Dios, a tus ángeles y a los seres de luz por este momento especial de estar en esta planeta aquí y ahora. Te sugiero agradecer los primeros cinco minutos después de abrir tus ojos y cinco minutos antes de dormir en la noche por el día que pasó.

2.    Toma un tiempo para estar contigo todos los días y te sugiero hacerlo muy temprano en la mañana. Reserva 15 minutos de tu tiempo a primera hora de la mañana después de dar gracias por todo para meditar, orar, hacer el rosario, permanecer en silencio, pero que sea tu espacio de conexión con la divinidad.

3.    Durante el día permanece sin juzgar y acepta amorosamente los retos y las enseñanzas que la vida te está mostrando por duras que parezcan. Esto no quiere decir que no hagas nada, al contrario aceptar sin juzgar significa tomar acción para buscar un nuevo camino pero sin quedarte enfrascado en la situación del pasado. Este paso implica también no hablar de los demás en el sentido de crítica, chisme o comentario mal sano de algo, así tu ego crea que tú tienes la razón.
Son tres reglas básicas que mantendrán tu energía alta durante el día y preparada siempre para cuando llegue el momento de dejar el cuerpo y pasar de plano. Cuando eso suceda lo harás en el nivel de conciencia en que te encuentres. Es decir, no esperes que al morir por ese solo hecho, te conviertas en un santo y en un ángel, deberás saber que el nivel de conciencia que tienes en el momento que llega la muerte es el que prevalecerá en la otra dimensión y con base en el cual te ubicarás en el nivel de vibración que te corresponda.

Al momento de la muerte asumirás pleno tu nivel de conciencia y serás ubicado en el nivel de vibración que hayas adquirido: amor, honestidad, odio, temor, resentimiento. En ese momento sagrado las barreras de espacio y tiempo desaparecen y podrás ser testigo presencial y vivencial de todas las actuaciones de tu vida “buenas” o “malas”, o más bien las que se hicieron desde el amor y las que se hicieron desde el ego. Es tan importante y relevante el proceso de la muerte que los tibetanos tienen un libro llamado “El libro tibetano de los muertos” que habla sobre la forma de acompañar en este proceso a un alma que está buscando reunirse con su espíritu para poder evaluar sus experiencias de vida. Es tan especial y sublime este momento porque significa volver a conectar con tu espíritu, tomar conciencia y evaluar imparcialmente las actuaciones de tu vida.
Cuando algún ser querido muere pasa a un estado de mayor vibración donde analiza su vida reciente y asume los aprendizajes adquiridos que se han logrado por medio de las experiencias vividas y las lecciones aprendidas. Este puede ser un momento de mucha confusión si la persona no sabe lo que está pasando y podemos colaborar pidiendo la intercesión para que sus guías y ajustadores del pensamiento lo acompañen para orientarlo. Cuando la persona muere puede ver a sus seres queridos sufriendo y creo que desde el punto de vista de cada cual, no es bueno ver a sus hijos llorando y sufriendo, el mejor homenaje es aceptar el hecho e iniciar un nuevo camino como homenaje a esa persona que nos ha dejado en este plano y que tantas enseñanzas nos ha entregado. Esto no significa no sentir tristeza porque en la condición del ser humano es inevitable, significa no quedarse en la tristeza y brindarle tranquilidad a la persona que partió de que podemos seguir adelante para que él pueda en paz seguir el camino trazado dentro de la armonía de esa nueva dimensión en que se encuentra sin quedar atrapado en este plano por la tristeza y llanto de sus seres queridos. Es necesario “dejar ir” a la persona que se ha desencarnado.

El momento, fecha y hora de la muerte, nadie lo sabe, es un acuerdo hecho antes de nacer entre tú y tú Maestro ascendido que te ha ayudado a planificar tu plan de vida. Y este plan puede cambiar? Claro, si tú decides quitarte la vida estás alterando este plan, si por alguna razón te sales de tu plan de vida puede que hayas pactado una dispensación especial que si esto pasa seas retirado de la tercera dimensión o podrías decidir seguir viviendo fuera de tu plan de vida hasta que te llegue la hora establecida y como mecanismo de aprendizaje para los demás. De la misma forma existen dispensaciones especiales de tiempo adicional a personas que están en servicio y que deben llevar a cabo acciones específicas para el desarrollo de los hermanos a su alrededor.
De todas formas hermano, no te preocupes por este tiempo de la muerte, que finalmente es un hermoso proceso que el ser humano no comprende y que teme, pero que te lleva a otro plano de existencia y de aprendizaje. El consejo es que vivas siempre desde tu corazón y a plenitud en las alegrías, tristezas y desafíos, para que cuando ese momento sublime llegue a ti, puedas decirle de frente a Dios: he cumplido mi misión y regreso victorioso y en amor hacia ti.

Nunca pierdas tu dinámica, lo que te hace sentir vivo hasta el final de tus días. Tú has visto casos de personas que pierden su dinámica y cansados de la vida se dedican a descansar después de una pensión y que a los pocos meses empiezan a sentir el aburrimiento y a ser absorbidos por la tristeza y la soledad. Así que trata en lo posible de siempre estar activo y escucha los mensajes de la vida, y lo que es más importante: escucha tu corazón, comparte tus riquezas espirituales y materiales, disfruta momentos especiales al lado de las personas que te aportan espiritualmente y en amor profundo, disfruta de cada día al máximo y lo más importante que debes tener en cuenta: es que AQUÍ y AHORA que se construye y cosecha el futuro que estarás viviendo el día de mañana, así que si las cosas no están saliendo bien hoy es porque tiempo atrás no hiciste la mejor siembra, luego rectifica y a partir de hoy siembra de la forma adecuada para que el mañana se construya desde tu actual presente, porque esa es, hermano mío,  la única forma de hacerlo.
Bendiciones en amor y servicio,


Jairo Hernán Barragán Gómez
Trabajador de la Luz
Canalizado Diciembre 13 de 2011 a las 4:30 a.m.

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