Permanece Centrado
Había una vez un
discípulo muy consagrado a Buda. A los discípulos no les estaba permitido salir
del templo y mezclarse con la gente para no ser contaminados con las cosas
banales y frívolas del mundo exterior.
Este discípulo
solicito un día permiso a Buda para ir a recorrer el mundo. Los otros monjes
sonrieron porque sabían que a un monje eso no le estaba permitido, mezclarse
con la gente común. De todas formas “le preguntaré al Maestro y si el me lo
permite iré”. Los otros monjes sintieron envidia y cuando el llegó ante Buda a
preguntarle, muchos lo escucharon y se pusieron de pie.
“Está mal. Has
quebrado las reglas del templo. Nadie puede salir al mundo exterior durante su
enseñanza. Buda ha dicho que debes estar concentrado en la tarea que has
escogido … y ahora pides salir del templo”.
Pero Buda dijo: “Os
he dicho a vosotros que debeís concentraros en vuestro trabajo aquí en el
templo y que no debeís abandonar el templo porque aún no estáis centrados. Para
este monje la regla no se aplica, él no forma parte del rebaño. Y al monje le
dijo esto: “Sí, te lo permito. Ve al mundo exterior”.
Era demasiado.
Jamás se había hecho algo así antes. Todos los discípulos estaban enojados y
durante meses hubo miles de murmullos exagerando lo que había pasado en el
templo, diciendo que el monje no era más un monje y que había caído.
Después de cuatro
meses el monje volvió seguido de varias personas , Buda los miró y dijo:
“Amigos, tienen algo que decirme?”. “Hemos venido para que nos inicies. Tratamos
de distraer a tu discípulo pero fallamos. Lo llevamos a placeres banales,
riquezas, posesiones, lujuria, tratamos de hacerlo sentir rabia, de murmurar de
los demás, de difamar de las personas, de sentir envidia, odio, de calumniarlo
pero hemos fallado porque ni siquiera por un momento vimos una duda, una nube
en su mente o un deseo en sus ojos, aunque compartía profundamente con
nosotros. Tratamos de convertirlo a nuestras vidas pero el nos ha convertido a
nosotros sin decirnos una sola palabra, solo con su ejemplo. El no nos ha
traído aquí. Nosotros hemos venido por nuestra cuenta. Por primera vez hemos
sabido lo que es dignidad. Nos gustaría aprender este arte”, dijeron los
forasteros. Y todos se convirtieron en discípulos de Buda.
El siempre camina solo
… no hay manera de llevarlo de aquí para allá. Continúa siendo completamente él
mismo, centrado en sí mismo, enraizado en su ser y además es capaz de disfrutar
del mundo y de la vida. Cuando uno ha conocido este estado entonces no hay
distracción, uno puede vivir en cualquier parte, puede caminar por cualquier
lado, puede estar en este mundo y disfrutarlo sin pertenecer a él.
Finalmente Buda se
levanto y dijo:
“Recuerda, no
trates de cambiar las circunstancias de tu vida, trata de cambiar tus actitudes.
Usa la situación externa para cambiar tu estado interno. Cambiar la situación
externa no es un gran cambio: te estás engañando a ti mismo y al mundo. La
verdadera religión consiste en cambiar el estado de consciencia. Busca lo más
alto. Una vez que has conocido lo más alto, lo bajo comienza a marchitarse por
sí solo. Esta es la verdadera religión”.
Tomado de “El sol se alza en el
infinito”. Osho
Permanece centrado. No te dejes manejar por las opiniones
de otros o por sus intentos de empujarte de aquí para allá. No caigas al nivel
de los otros.
Recopila: Jairo Hernán Barragán Gómez
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